Una Vez Campo Misionero, Ahora El País Número Uno En Envío De Misioneros Al Mundo
Con asombro, observo cómo el evangelio que cambia vidas se esparce por Mongolia y más allá. Hago una pausa para mirar atrás. Cuán agradecido me siento al recordar mis propias experiencias de aquellos días: Una noche en la década de 1980, nuestro personal de JUCUM escuchó atentamente las historias de un viaje de exploración. Fue a la misteriosa tierra de Mongolia. El equipo había regresado recientemente de lo que nos parecía “la parte más remota de la tierra”.
Un Vacío Espiritual
La Rusia comunista aplicó con éxito su cruel estrategia. Purgaron (limpiaron) la tierra de la religión. El budismo tibetano casi fue borrado, Mongolia era un vacío espiritual. En este país de 2,6 millones, nunca se había plantado una iglesia. De hecho, en la historia moderna, no había existido ni un solo seguidor de Jesús en Mongolia. “Ni un creyente”, enfatizó nuestro compañero JUCUMERO, “¡HASTA AHORA!” Con los ojos muy abiertos por la emoción, contó cómo él y su compañero de equipo de habla rusa llevaron a un hombre mongol a Jesucristo.
¡Tiempo para celebrar!
Además tiempo de orar ¿Quién ayudaría a este nuevo creyente a aprender a caminar como un fiel discípulo? ¿Dónde encontraría compañerismo? ¿Quién oraría con él? ¿Con quién se reuniría para la santa cena y la adoración? ¿Quiénes serían sus compañeros para hacer más discípulos? ¿Cómo podría esparcir las bendiciones del reino de Dios por toda su comunidad necesitada? ¿Cómo podría ayudar a difundirlo por todo su país?
Ninguna Iglesia En Toda Mongolia
Habíamos orado por un discípulo aislado, entre un pueblo aislado, en una tierra aislada. Pasaron años desde el reporte de ese primer creyente mongol. Crecieron los movimientos internacionales de oración y los intercesores se pararon en la brecha por los Mongol Khalkha. Oraron por los Dariganga, los Darkhan, los Buryat y otros grupos étnicos no alcanzados de Mongolia. Finalmente, en 1990, el comunismo debilitado cayó y las puertas cerradas durante tanto tiempo, se abrieron. Había dos creyentes mongoles conocidos. Miles de personas oraron para que se abrieran esas puertas, y algunos las atravesaron. Magnus y María, una joven pareja escandinava de JuCUM, estaban entre estos pioneros.
Los párrafos que terminaste de leer fueron escritos por mí como un PROLOGO para el libro de mi amiga María. Son mis palabras, que le dan un vistazo al comienzo de la historia. Necesitas leer la historia de María. Hasta los confines de la Tierra, de ida y vuelta, ahí María cuenta la asombrosa historia al llegar a los mongoles de Khalkha. Al leer su libro, experimentarás con ellos el nacimiento del Movimiento de Hacedores de Discípulos. Comenzó en Erdenet y creció a partir de ahí. La aventura continúa y el movimiento sigue creciendo. Los creyentes fieles de Khalkha obedecen los mandatos de Jesús. Nuestro Señor dijo: “Id, pues, y haced discípulos a todas las naciones …” En obediencia, van más allá de su propia tribu y pasan a la tribu Buryat.
Siguiendo al Kan de Kanes
En la provincia de Dadal, la gente de Buryat empezó a escuchar el evangelio de sus vecinos de Khalkha. Dadal está cerca del lugar donde nació Genghis Khan y es allí donde los miembros de la tribu Buryat comenzaron a volverse a Cristo. ¡Jesús, el Kan de Kanes!
Estos primeros nuevos creyentes de Buriatia aprendieron a obedecer los mandamientos de Cristo. Con la ayuda de los creyentes de Khalkha, pronto formaron una iglesia simple, sencilla y comenzaron a hacer discípulos. Cuatro años después del nacimiento de la primera iglesia Buryat, una delegación fue de Dadal a Erdenet. Llegaron a la Conferencia anual del Centro de Misiones de Mongolia (MMC por sus siglas en inglés).
¡Entrénenos también!
Vestidos con ropas tradicionales subieron al escenario. Los de Buryat agradecieron a la iglesia Khalkha por plantar el evangelio entre su tribu, y compartieron cómo el nuevo movimiento se había extendido no solo en Dadal sino más allá. Luego pidieron ser capacitados como misioneros transculturales, pues ellos también querían enviar obreros a los menos alcanzados.
Pasaron tres años. En Erdenet se celebró otra Conferencia de Misiones MMC y el escenario se llenó con más de 30 representantes de la iglesia Buryat. Estos creyentes habían viajado allí desde lugares remotos de Mongolia, incluso había algunos de los pueblos de la Siberia rusa. El movimiento se había extendido allí, sorprendiendo a la audiencia, declararon alabanza a Dios. ¡Celebraban que Él estaba estableciendo Su reino en aumento entre ellos!
Los Misioneros Mongoles Se Multiplican
Desde dentro del Movimiento de Hacedores de Discípulos que nació en Erdenet, cada vez más personas están siendo equipadas a través del MMC. Envían grupos para alcanzar a otras tribus no alcanzadas en Mongolia. Las visitas de reconocimiento han ido más allá de sus fronteras. Entran en países del noreste de Asia y Asia central. Los misioneros mongoles se han establecido en lugares estratégicos a lo largo de esa vasta región y están trabajando en circunstancias difíciles y peligrosas, en lugares muy diferentes a su tierra natal.
¿Y el resultado? ¡Se hicieron discípulos, se iniciaron iglesias y se enviaron nuevos misioneros! Se difunde la pasión por la gloria de Dios entre las naciones y la obediencia a los mandamientos de Jesús, que van de persona a persona, de iglesia en iglesia. En 2012, Mongolia marcó un hito, se convirtió en el primer país de envío de misioneros del mundo per capita; esto solo dos décadas después de la llegada del Evangelio. ¿Qué pasa con tu nación y tu gente? ¿Cuánto tiempo han tenido el evangelio? Podría ser el momento de que dirijas a las personas de tu país hacia una mayor participación en las misiones.
JuCUM Misiones Fronterizas En Línea, tiene un curso excelente llamado Escuela de Promotores de Misiones. ¡Capacítate sobre cómo ayudar a su iglesia y amigos a entusiasmarse con las misiones a los pueblos menos alcanzados del planeta!
Nota: Mongolia es actualmente el país de envío de misiones número uno del mundo, per capita, no en general.
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